Las autoridades de Kenia han decidido suspender la búsqueda de cuerpos en un presunto sitio relacionado con una secta cristiana en la aldea de Kwa Binzaro, ubicada en el condado costero de Kilifi, tras el aumento del número de muertos a 37. Las excavaciones se han detenido para permitir la realización de autopsias y pruebas de ADN en los cuerpos y restos humanos que han sido recuperados, según informa Deutsche Welle. La comisionada regional de la Costa, Rhoda Onyancha, declaró: “Empezamos las exhumaciones el 21 de agosto y hasta ahora hemos logrado recuperar 37 cuerpos en Kwa Binzaro. Durante la búsqueda, el equipo también encontró múltiples restos humanos. Hemos concluido las exhumaciones en las áreas identificadas”. A pesar de la suspensión de las excavaciones, los equipos forenses permanecerán en el área en busca de tumbas que no hayan sido detectadas. En caso de que se realicen otros hallazgos, los trabajos de búsqueda se reanudarán. Las autoridades han instado a las familias de personas desaparecidas a acudir al hospital de Malindi para proporcionar muestras genéticas que ayuden a esclarecer coincidencias. “Hacemos un llamado al público, incluso en relación con incidentes anteriores, a quienes no han acudido a dar sus muestras de ADN. Por favor acudan”, enfatizó Onyancha. Estos hallazgos están relacionados con la conocida masacre de Shakahola, que tuvo lugar en el bosque de Chakama, donde seguidores de una secta cristiana liderada por Paul Mackenzie murieron tras ayunar con la intención de “reunirse con Jesucristo” antes del fin del mundo. En ese evento, más de 430 personas perdieron la vida en una zona situada a aproximadamente 30 kilómetros de donde se han encontrado los nuevos cadáveres. Hasta el momento, se han detenido a once sospechosos, incluida una mujer que adquirió el terreno donde fueron enterradas las víctimas. Sin embargo, los propietarios de la finca de Chakama han negado haber vendido el terreno. El juicio contra Mackenzie, quien fue arrestado el 14 de abril de 2023, sigue su curso en diferentes tribunales, junto a sus supuestos cómplices, enfrentando acusaciones de terrorismo, asesinato de 191 niños y homicidio involuntario de unas 238 personas. Las autopsias realizadas a las víctimas han revelado que todos los cadáveres presentaban signos de inanición, así como evidencias de estrangulamiento y asfixia en algunos de ellos.