El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes que los ataques terrestres contra Venezuela comenzarán “muy pronto”, en el contexto de su campaña contra los presuntos narcotraficantes del gobierno de Nicolás Maduro. Durante una reunión de gabinete, Trump afirmó que no solo Venezuela está en la mira, sino que otros países que trafiquen drogas hacia Estados Unidos también podrían ser blanco de acciones militares.
Trump declaró: “Vamos a empezar a realizar esos ataques también en tierra. Sabemos dónde viven. Sabemos dónde viven los malos, y vamos a empezar con eso muy pronto”. Esta afirmación se produce en medio de una creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela, donde el mandatario estadounidense ha intensificado su retórica contra el narcotráfico.
El presidente también subrayó que “cualquiera que haga eso y lo venda en nuestro país está sujeto a ataques”, sugiriendo que la política de su administración se extendería más allá de las fronteras venezolanas. En este sentido, mencionó a Colombia, indicando que el país sudamericano alberga fábricas de cocaína, y advirtió que “cualquier país que hace eso es susceptible de ser atacado, no solo Venezuela”.
Trump ha estado llevando a cabo operaciones en las costas del Caribe contra lo que él denomina “narcolanchas”, pero argumentó que los ataques terrestres serían una estrategia más efectiva. “Sería mucho más fácil” realizar ataques en tierra, afirmó, refiriéndose a la necesidad de una respuesta más contundente contra el narcotráfico.
La declaración de Trump se produce en un momento de creciente preocupación internacional sobre la situación en Venezuela y el impacto del narcotráfico en la región. La administración estadounidense ha estado bajo presión para abordar el problema de las drogas que ingresan al país, y las recientes afirmaciones del presidente sugieren un cambio en la estrategia militar hacia un enfoque más agresivo.
En el contexto de estas tensiones, la comunidad internacional observa de cerca las acciones de Estados Unidos y las posibles repercusiones en las relaciones diplomáticas con Venezuela y otros países de la región.
