La impresionante propiedad de Martha’s Vineyard donde Barack y Michelle Obama solían pasar sus veranos con sus dos hijas ha sido puesta a la venta por $39 millones, mientras la pareja enfrenta una serie de especulaciones sobre el estado de su matrimonio. Conocida como Blue Heron Farm, esta extensa propiedad en Massachusetts fue el hogar de los Obama durante tres veranos consecutivos a partir de 2009, con informes que indicaban que la familia pagaba una asombrosa suma de $50,000 por semana para alquilar la vivienda. En ese momento, la propiedad de 30 acres en Chilmark, MA, pertenecía a Mollie y William Van Devender; sin embargo, en 2011, vendieron la impresionante vivienda al arquitecto Norman Foster y su tercera esposa, Elena Ochoa Foster, por $22.4 millones.
Desde entonces, Foster, quien fundó la firma de arquitectura Foster + Partners y ha estado involucrado en el diseño de varias estructuras icónicas en el Reino Unido, como The Gherkin y el Estadio de Wembley, ha realizado varias actualizaciones significativas en la propiedad, que cuenta con una residencia principal y una casa de huéspedes adicional. En total, hay 13 habitaciones distribuidas en las diversas propiedades del terreno, que también incluye un estudio de diseño, un gimnasio, una cancha de tenis, anillos de equitación y establos.
Un granero de 150 años que fue construido originalmente en Pennsylvania antes de ser trasladado al sitio de Martha’s Vineyard es la primera estructura que recibe a los visitantes al recorrer el largo camino hacia la residencia principal, que ofrece 7,000 pies cuadrados de espacio habitable y un hermoso porche envolvente que proporciona un lugar perfecto para el descanso y la relajación. Durante su propiedad, Foster añadió una casa de piscina moderna y amplia, que completa la gama de estructuras al aire libre, junto a un boathouse frente al agua que ya estaba ubicado en la propiedad.
“Esta histórica finca con notables raíces agrícolas ha sido meticulosamente actualizada y modernizada a lo largo de los años, con inversiones significativas en renovaciones atemporales, plantación de follaje extenso y construcción de nuevas comodidades en toda la propiedad”, se lee en una declaración sobre la lista de venta. Las numerosas comodidades de la casa se complementan con un muelle privado y un tramo privado de playa, lo que permite a los huéspedes y residentes disfrutar de todo tipo de actividades al aire libre, mientras se mantiene un sentido de privacidad y aislamiento.
Fue esa sensación de seguridad la que inicialmente atrajo a los Obama a la casa, según los agentes de listado Maggie Gold Seelig, del MGS Group Real Estate, y Brian Dougherty, de Corcoran Property Advisors, quienes afirmaron en una declaración que la propiedad fue “elegida por su increíble privacidad, serenidad y significado”. En una entrevista con The New Yorker en febrero, Foster reveló que Obama en realidad se había acercado a él para alquilar la casa nuevamente, diciendo que conoció al expresidente en la casa de un vecino y notó que el padre de dos había aplicado “presión bromista” para animarlo a seguir alquilando la propiedad como alquiler de verano.
“[Él] fue bastante divertido al respecto”, dijo Foster, pero señaló que la súplica humorística de Obama había hecho poco para cambiar su opinión sobre el alquiler de la propiedad, recordando que le dijo al expresidente: “Lamentablemente, no”. El cambio de propiedad de la casa de Martha’s Vineyard no disuadió a los Obama de continuar veraneando en el exclusivo vecindario, ya que la familia optó por alquilar otra vivienda cercana en 2013. Luego, en 2019, la pareja decidió invertir en su propia casa en la zona, adquiriendo una vivienda por $11.65 millones que aún poseen en la actualidad.
Esa propiedad es una de varias en el portafolio de la pareja, que también incluye una vivienda en el vecindario de Kalorama Heights en Washington, D.C., donde Ivanka Trump y Jared Kushner estaban basados durante la primera presidencia de Trump. Se entiende que la pareja pagó $8.1 millones por la residencia de nueve habitaciones y 8.5 baños, que anteriormente fue el hogar de Joe Lockhart, exsecretario de prensa del entonces presidente Bill Clinton. En 2018, Michelle habló sobre su mudanza a la propiedad desde la Casa Blanca, bromeando con la presentadora de televisión Ellen DeGeneres que su esposo había sido “subestimado” al obtener la “habitación más pequeña” como su espacio de oficina.
“Él todavía habla de esto”, le dijo Michelle a DeGeneres. “Fue tan subestimado en todo este trato. No tiene suficiente espacio en el armario—¡lo siento! Tiene la habitación más pequeña para su oficina”. Sin embargo, si Obama necesita un poco más de espacio, solo tiene que aventurarse a una de sus otras casas, incluida su propiedad de $1.65 millones en el exclusivo vecindario de Kenwood en Chicago. Los Obama adquirieron esa propiedad en 2005, antes de que Barack asumiera la presidencia por primera vez, y se cree que aún la poseen.
Se entiende que los Obama también han invertido recientemente en una propiedad en Hawái, habiendo pasado años utilizando el mismo alquiler vacacional para sus escapadas a la isla. Los informes comenzaron a surgir en 2020 de que la pareja estaba alineando su propia propiedad en la isla de Oahu, una impresionante casa frente a la playa que forma parte de un trío de residencias que está siendo desarrollado por su amigo cercano, Marty Nesbitt. Nesbitt compró un terreno frente al mar por la asombrosa suma de $8.1 millones en 2015 y comenzó a construir un complejo de lujo de casas, una de las cuales se rumorea que ha sido destinada a los Obama.
El portafolio de propiedades de la pareja ha estado bajo un creciente escrutinio últimamente en medio de rumores persistentes de que hay una ruptura en su matrimonio. Desde la segunda inauguración del presidente Donald Trump en enero, Michelle ha evitado la atención pública, optando por saltarse el evento principal, rompiendo una tradición de años que ve a todos los presidentes y primeras damas vivos en asistencia. Su decisión de faltar a la inauguración—junto con su ausencia en el funeral del ex presidente Jimmy Carter—ha llevado a muchos a sugerir que podría haber problemas entre ella y su esposo. Sin embargo, la ex primera dama negó enérgicamente estos rumores en un episodio reciente de su pódcast, insistiendo en que simplemente estaba “tomando una decisión” para su propio bienestar, y no tratando de evitar pasar tiempo con su esposo.
“Esa es la cosa que, como mujeres, creo que luchamos, como decepcionar a la gente”, dijo. “Quiero decir, tanto así que este año, la gente no podía ni siquiera imaginar que estaba tomando una elección por mí misma, que tenían que asumir que mi esposo y yo nos estamos divorciando. Esto no podría ser una mujer adulta simplemente tomando un conjunto de decisiones para sí misma, ¿verdad? Pero eso es lo que la sociedad nos hace.”
