El líder del régimen chavista de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este lunes que ocho barcos militares de Estados Unidos (EEUU), equipados con 1.200 misiles y un submarino nuclear, están apuntando hacia el país caribeño, lo que él considera una “amenaza absolutamente criminal”. Maduro comparó esta situación con la crisis de 1962 en Cuba, afirmando que Venezuela enfrenta “la más grande amenaza que se haya visto en nuestro continente en los últimos 100 años”.
Durante una conferencia de prensa dirigida a medios internacionales, Maduro declaró: “Ellos (el Gobierno de EE.UU) han querido avanzar hacia lo que llaman la máxima presión, en este caso es militar, y ante la máxima presión militar, nosotros hemos declarado la máxima preparación para la defensa de Venezuela”. En este contexto, el líder chavista advirtió que su país no cederá ante “chantajes ni amenazas de ningún signo”.
Maduro también se refirió a la situación como un “bodrio” montado contra Venezuela, describiendo la presión ejercida por EEUU como “extravagante, estrafalaria, inmoral y brutal”, y la comparó con la crisis de 1962, cuando la entonces Unión Soviética intentó instalar misiles nucleares en Cuba, lo que llevó a una crisis con EEUU que casi provoca una guerra atómica.
El presidente venezolano afirmó: “Estamos viendo cómo la mafia de Miami ha tomado el poder político de la Casa Blanca y el Departamento de Estado”.
En un mensaje en redes sociales, Maduro reiteró que Venezuela está enfrentando la mayor amenaza en un siglo, con la presencia de ocho barcos militares y un submarino nuclear apuntando hacia la nación.
Asimismo, Maduro criticó a la Administración de Donald Trump, afirmando que se equivoca al crear una narrativa “bien, pero bien absurda” sobre la lucha contra el narcotráfico. Según él, esta justificación para el despliegue de buques de guerra en el Caribe no tiene sentido, ya que Venezuela tiene un “récord en su lucha” contra el comercio ilegal de drogas.
El líder del régimen también mencionó que los canales de comunicación que su país mantiene con EEUU, uno con el encargado de Negocios interino de la Oficina Externa de EEUU para Venezuela, John McNamara, y otro con Richard Grenell, enviado especial de Trump, están actualmente “malogrados” y “maltrechos”, según consignó EFE.
A pesar de la tensión, Maduro aseguró que Venezuela continuará “recuperando” a sus migrantes en el exterior, incluidos aquellos deportados por Estados Unidos.
En otro momento de su discurso, Maduro calificó al secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, como “el señor de la guerra” y lo acusó de intentar “manchar las manos de Donald Trump de sangre” venezolana. “Mister president Donald Trump, usted tiene que cuidarse porque Marco Rubio quiere manchar sus manos de sangre, con sangre suramericana, caribeña, con sangre venezolana, lo quieren llevar a un baño de sangre”, afirmó.
Maduro también advirtió que, en caso de una agresión contra Venezuela, el país pasaría inmediatamente a un periodo de “lucha armada” en defensa de su territorio y su pueblo, y que se declararía constitucionalmente la República en armas.
El líder chavista especificó que esta estrategia sería “eminentemente defensiva” e incluiría “dos formas de lucha”: una diplomática y otra armada.
En un mensaje urgente, Maduro amenazó con un conflicto civil si se produce una ofensiva militar de EEUU, afirmando: “Pasaríamos a la lucha armada. De norte a sur, de este a oeste. Declararíamos a Venezuela en armas”.
