Entretenimiento

La memoria travesti durante la dictadura


En entrevista con Javier Pineda, el escritor y cineasta Sebastián Flores profundiza en su novela El Jardín Rojo: un relato sobre travestis durante la dictadura que rescata la memoria de una comunidad perseguida, su resistencia y los frágiles acuerdos con el poder. Habla de la invisibilización histórica, la solidaridad clandestina y las deudas pendientes con la comunidad trans.

Javier Pineda: Bienvenidas y bienvenidos a una nueva entrevista ciudadana. Hoy estamos con el autor Sebastián Flores, quien escribió el libro El Jardín Rojo de Invertido Ediciones. Sebastián, además de ser escritor, es cineasta y va a comentar con nosotros su última obra. Bienvenido, Sebastián.

Sebastián Flores: Muchas gracias.

JP: Quisiera preguntarte un poco sobre la trama de El Jardín Rojo.

SF: Bueno, la trama… el contexto es el único burdel que se mantenía en pie durante la dictadura en Talca. Y el contexto es una travesti que rescata a su hermana, quien viene escapando de la extrema derecha y los militares porque es parte de un partido de extrema izquierda.

JP: ¿Por qué decides escribir una obra sobre una travesti durante la dictadura? ¿Cuál crees que era la importancia de ese cruce entre la represión que vivían dos mundos que dialogan entre sí?

SF: La historia es un poco larga. Todo esto parte porque, como mi formación es ser cineasta, yo estaba trabajando en mi proyecto de tesis, que tocaba el tema de una chica trans que intentaba formar una familia. Me empecé a investigar cómo funcionaban estos núcleos familiares y me di cuenta de que no había muchas personas de entre 40 y 50 años, travestis, que pudieran dar su testimonio. Eso me llamó la atención.

En la medida en que pude llegar al tema de la dictadura y toda la represión que vivieron durante su formación, fue tan importante que al principio intenté evaluar la posibilidad de hacer un documental. Pero cuando una de ellas, que iba a ser la protagonista, murió a causa de una agresión, me quedaron todas estas ideas dando vueltas. Ahí empezó a formarse este proyecto de ficción. Llegó un punto en que dije: «Necesito bajar esto mucho más, porque una película no va a albergar tantos temas». Así que decidí novelizarlo. La importancia de esa memoria es lo que quería lograr con esta historia, hacer honor a eso.

JP: El lugar donde se desarrolla gran parte de la historia es Talca. ¿Por qué decides que Talca sea la ciudad anfitriona de tu obra?

SF: Dos cosas: primero, en mi investigación me encontré con el libro La Manzana de Adán de Paz Errázuriz, en donde ella hace una fotografía de uno de los burdeles en Talca que se mantuvo en pie desde el comienzo de la dictadura hasta que lo exterminaron. Partió por mi obsesión con ese registro fotográfico.

Además, Talca era la boca de entrada de los movimientos militares que se abrían hacia el sur. Era un lugar estratégico, que imponía miedo, y quería jugar con eso.

JP: En términos conceptuales, ¿por qué el libro habla de travestis y no de la comunidad trans o LGTB en general? ¿Cuál es la decisión de usar esa categoría?

SF: En ese entonces no había muchos conceptos abiertos, y el más popular era «travesti». Venía del concepto del show, porque cuando algunas sacaban el carné de artista, decía «travesti», que era personificar a una mujer. Eso se popularizó, y todas empezaron a considerarse travestis. En ese tiempo no estaba tan difundido el concepto de «trans», así que decidí hacer honor a ese momento histórico y definirlas como travestis.

JP: Uno de los elementos que atraviesa tu obra es la persecución, no solo durante la dictadura, sino también antes. ¿Podrías comentarnos las vivencias que has recogido en tu trabajo documental?

SF: Sí, muchas vivieron discriminación desde la izquierda más conservadora. No eran consideradas, y eso les afectó. La izquierda en su momento hacía comedores donde la gente podía ir a comer, pero a ellas les cerraron las puertas. Tengo muchas historias sobre eso. Su discriminación venía de mucho antes.

JP: Mencionas la relación con las policías y la autorización tácita para trabajar en burdeles. ¿Cómo era la comparación entre las travestis que trabajaban en la calle y las que tenían un espacio en común?

SF: Siempre hubo autoridades que se doblegaban ante el chantaje. Había acuerdos para que ellas pudieran movilizarse, en Santiago, en el sur, en el norte. Siempre hubo algún tipo de trato en el que podían estar un poco más resguardadas. Eran tratos banales, como el manejo de alcohol. Ellas entregaban todo con tal de estar tranquilas.

JP: Hay una tensión entre odio y abuso por parte de las policías. ¿Cómo lo ves en el contexto de la obra?

SF: Es muy delicado. Cualquier cosa que se presumiera, como prostitución, homosexualidad o travestismo, aunque fuera solo por sospecha, podía llevar a detenciones de 15 días, un mes, hasta 60 días. Cada vez que las detenían, el tiempo aumentaba. Era muy difícil para ellas, porque muchas mantenían a sus familias. No lo traté tan abiertamente en el libro porque quise enfocarme en las familias escogidas, pero era algo que ocurría.

JP: En ese contexto, ¿cómo ves el cruce entre la represión a las travestis y a los militantes de izquierda? ¿Fueron las travestis un refugio para perseguidos políticos?

SF: No eran muchos casos, pero sí existía. Ellas siempre ayudaban a quien lo necesitara: otras travestis, perseguidos, heridos. Había una hermandad entre estos grupos porque vivían realidades similares, ambas escondidas, trabajando de noche.

JP: ¿A qué atribuyes esa solidaridad? ¿Era algo propio de la comunidad travesti o respondía a un pensamiento político?

SF: Respondía a la supervivencia. En Santiago, la represión era más fuerte, hubo más muertes en la comunidad trans-travesti, aunque no hay registros. Ellas mismas llevaban un recuento de cuando encontraban a una compañera muerta. La supervivencia las fue desplazando a otros lugares.

JP: Un antecedente histórico que mencionas es la Casa de la Tía Carlina. ¿Qué simbolizaba ese espacio?

SF: La Tía Carlina era Boroa Nova, pero se popularizó con ese nombre por las grabaciones de Beloni. Era una referencia para locales que querían ser cabarets con shows travestis. Cuando se popularizó, otros quisieron replicarlo, como el Bin Mambo Boom o el Manhattan en Arica. Servía como referencia estelar. Algunas chicas pertenecían a ese grupo, pero vivían con el fantasma de una época mejor, antes de la dictadura.

JP: En términos de derechos, ¿cuáles crees que ha adquirido la comunidad travesti hoy? ¿Y ves amenazados esos derechos por discursos de odio?

SF: Ha habido más aceptación, pero en la práctica no se ha avanzado mucho. La discriminación sigue fuerte, la inclusión laboral es baja. No hay una ley de inclusión laboral. En algunos sectores está más normalizado, pero es un porcentaje bajo. La lucha continúa, siguen matando a compañeras, sobre todo a la comunidad trans-travesti.

JP: ¿Crees que discursos como los de Kast o Kaiser pueden aumentar la violencia contra estas comunidades?

SF: Completamente. En otros lugares donde la ultraderecha gobierna, las comunidades trans-travesti fueron las primeras atacadas.

JP: Como mensaje final, ¿por qué deberían leer El Jardín Rojo?

SF: Porque es un encuentro con la memoria. Este libro se forja desde la oralidad travesti, que pasaba de compañera en compañera y llegó a mí. Quise hacer honor a esa memoria, a las que abrieron camino para lo que hoy tenemos.

JP: Muchas gracias, Sebastián. Recomendamos leer El Jardín Rojo de Invertido Ediciones, un ejercicio de memoria histórica para una comunidad invisibilizada en la lucha contra la dictadura.



Related posts
Entretenimiento

Inventando un álbum familiar de las disidencias sexuales en América Latina

¿Cómo llenar la ausencia de una memoria colectiva que casi no dejó huellas? Un intento ya fue…
Read more
Entretenimiento

Suman nueva función de "The rings music", concierto sinfónico inspirado en "El Señor de los Anillos"

El concierto sinfónico “The Rings Music”, inspirado en las trilogías de El Hobbit y El Señor…
Read more
Entretenimiento

Banda chilena Saiko celebra 25 años de trayectoria en el GAM

Como parte de la celebración de sus 25 años, la icónica banda de pop rock chilena Saiko…
Read more

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *