Entretenimiento

Ictus 70 años más


PAULA: 

Siempre estuve en un espacio propio, allí me crié, en el Ictus. Desfasada de las generaciones que allí habitaban, alimentando un lugar que me era propio y que generaba el desafío de mirar la memoria como un presente activo y motivador.

Las cosas que ya no están, no son un pasado estático, quieto, muerto. Las cosas que ya no están, no son objetos prohibidos, son la real expresión de lo que somos, la materia en la que existimos y creamos. 

NICOLÁS:

¿Por qué Teatro?

¿Por qué ir contra la corriente?

¿Por qué volver a retomar día a día lo que sé que va a pasar?

¿Hoy muero?

¿Hoy beso a un personaje?

¿Hoy hablan mal de mí?

¿Hoy me aman?

¿Hoy me dejan?

¿Hoy estoy ebrio y lloro?

Sé perfectamente lo que debo hacer día a día

¿Por qué insistimos, 

si ya sabemos?

Sé lo que depara la obra

Sé lo que se cuenta hoy

Sé cómo termina

¿Será esa la razón de fondo?

¿El hecho de saber cuándo me amarán, cuando me dejarán, cuando amaré y cuando moriré?

¿Saber lo que me va a decir esa persona que está frente mío?

¿Ser un poco omnisciente en ese espacio quizás?

Ser exhibido.

Ser exhibido en algo que ya sé qué es … Y al mismo tiempo no lo sé

Quiero asirlo y se me escapa.

Se me escapa el por qué.

Se me escapa del saber

EMILIA:

Luego de 70 años como teatro ictus, hemos logrado sacar en limpio tres conceptos que nos definen: Resistencia, memoria y trascendencia. En ese orden específicamente. Resistencia, memoria y trascendencia. 

En el acto de resistir no hay solo sacrificio, como sugiere la palabra, sino que también hay sentido de pertenencia, de familia, de sanidad para el alma, de calma, de amor, de razón para vivir. Resistir nos activa, nos permite ser, nos da identidad, nos hace sentir útiles. Y esto no es siempre un acto consciente, a veces es todo lo contrario, es simplemente una fuerza que nos hace seguir un camino que nos va haciendo sentido con las pequeñas cosas del día a día.

PAULA:

Hacer teatro siempre, la porfía de permanecer y resucitar una y otra vez. Esto es lo que hace que nuestro teatro alegue y se rebele a lo comúnmente establecido. Hoy, junto a los de siempre, a los históricos, somos otros. Somos los que estamos y porfiamos en permanecer. 

NICOLÁS:

¿Seguimos acá después de tanto tiempo y aún no sabemos el por qué?

Nos gustaría decir cosas políticas, cosas inteligentes, cosas profundas, cosas pesadas

Y claro que están ahí. Como también lo están las superfluas, las epidérmicas, las leves.

Y aun así no las podemos nombrar.

¿Por qué teatro?

Tantos fantasmas, tantas sombras, tantos padres muertos y madres.

Seguimos aquí. En este acto interminable que se llama resistir.

¿Resistir a qué?

¿A la muerte?

¿Al olvido?

¿Resistir a una sociedad que suicida a sus artistas?

¿O resistir al capitalismo?

¿A la sociedad neoliberal?

Resistir quizás al individualismo…

¿Resistirnos a creer que somos solos y por eso hacemos teatro?

¿Porque quizás sin el otro no existimos? ¿Como en el mundo?

¿O quizás resistir para decirle al mundo que solos no somos nada?

¿Nos olvidamos también de esto?

PAULA:

También algo desfasada de generaciones, vivo y respiro en mis nuevos compañeros, a los que no he necesitado transmitir nada, solo compartir este loco afán de crear.

Creo que la vida del Ictus ha pasado también por mis manos, y mientras ello siga ocurriendo, en este lugar habrá siempre desfases y diferencias, este lugar siempre generará nuevas expresiones, este lugar será siempre un espacio de libertad. 

EMILIA:

Resistir es una palabra mucho menos grandilocuente de lo que parece, pues resistir tiene que ver con el cotidiano y con el oficio. Es una acción que adquiere grandeza con el paso de los años, es por eso que a la resistencia se nos une la memoria. Porque si no hacemos el ejercicio de memoria, el acto de resistir queda en las pequeñas cosas y no adquiere el porte que merece para la historia, para nuestra historia. Sin el ejercicio de memoria, la resistencia no alcanza su grandeza. Resistencia y memoria se unen por esa razón, para darle al cotidiano el porte que merece con el tiempo. Porque es en el cotidiano en el que se arma una familia, una amistad, un amor, una obra de teatro, un colectivo, una compañía, pero es en el tiempo que se hace grande lo que nos mueve día a día, que no es más que las ganas y la voluntad de vernos, de juntarnos a crear, a inventar historias, a encontrar el modo de narrarlas, a entretener, a hacer reflexionar, a proponerle al público que mezcle su biografía con la nuestra, a invitarlos a pensar con nosotros, a ponerle una estética a tal o cual mundo de ficción, a hacer un acto de memoria para darle a la palabra resistencia el porte que merece. 

NICOLÁS:

Resistir, Resistir, Resistir.

¿Por qué? ¿Para qué?

¿Por qué hacer algo que es supuestamente una ficción, siendo que en la vida las ficciones y fantasías están ganando cada vez más terreno?

Las post verdades

La tierra plana

Pinochet estadista

Las religiones

Los nuevos fascistas

Quizás el teatro deba hacer lo contrario. Quizás llegó la hora que el teatro deba decir verdades más que ficciones. Contar las cosas como fueron. No olvidarnos del pasado y tergiversar la historia… dejar las ficciones y volver a las verdades

¿Por qué teatro?

¿Será por todo esto?

Indefinible

Pero sabemos algo certero. Seguiremos resistiendo, seguiremos aquí.

EMILIA: 

También resistimos porque es natural. Y con esto no estamos diciendo que sea fácil. Resistir está lleno de dificultades, de obstáculos, de tropiezos, de pérdidas y sacrificios. Resistir nos duele en el camino. Pero es la memoria la que sana esas heridas. Es la memoria que le da sentido a ese camino. Y es aquí cuando entra una tercera palabra para completar la triada: trascendencia. Porque el ejercicio de memoria no solo le da sentido a nuestra resistencia, sino que nos da la tan necesaria trascendencia. Así como la trascendencia que le damos a una persona cuando muere y hablamos sobre ella en su funeral. Basta que alguien la recuerde, que le dé el mérito de haber vivido, para que esa persona trascienda. Al igual que en el teatro necesitamos un público que le dé sentido a lo que estamos haciendo, un público que sea nuestro testigo. Entonces: resistencia, memoria y trascendencia. Tres palabras, tres acciones, tres razones para seguir, tres razones para vivir.  

PAULA: 

Son setenta años de hacer resistencia, generar memoria y lograr trascendencia. Son setenta años de brindar un lugar a quienes quieren hacer lo mismo que nosotros. Un lugar en donde quienes participan pueden reconocer la historia y hacerse parte de ella. Setenta años de generar un espacio para que se haga posible el colectivo, para compartir nuestro oficio con creadores y testigos.+

Paula Sharim Kovalskys

Emilia Noguera Berger 

Nicolás Zárate Zavala

Equipo artístico Teatro ICTUS

Y todas y todos quienes dan vida a nuestro espacio. 



Related posts
Entretenimiento

la escena chilena pierde a uno de sus pilares

A los 95 años y rodeado por su familia, falleció este jueves el dramaturgo, pintor y realizador…
Read more
Entretenimiento

La Orquesta Sinfónica Nacional de Chile ofrecerá un programa familiar con compositores chilenos, Beethoven y Tchaikovsky

Tras presentarse con éxito en las ciudades de Curicó y San Felipe en el marco del programa…
Read more
Entretenimiento

La magia de la selva llega a El Extraordinario Circo con “Tarzán: El Regreso”

“TARZÁN, el regreso”, el nuevo espectáculo familiar de El Extraordinario Circo será el…
Read more

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *